Limpieza interna de ventiladores y de pasta térmica de portátiles Gamer.

Realizar mantenimiento a nuestro ordenador es muy importante para alargar al máximo su vida. Que trabaje a una temperatura «baja» supone mejorar su durabilidad. Una de las grandes dudas es cada cuánto tiempo debemos cambiar la pasta térmica de nuestro procesador. También es importante siempre llevarlo a un profesional para que lo haga correctamente.

Existen diferentes consideraciones a tener en cuenta

Uso intensivo: cuando usamos nuestro ordenador, principalmente, para tareas pesadas como gaming, edición o similares, deberemos cambiar la pasta térmica cada 12 meses. Se debe esto a que la pasta térmica sufre un gran estrés térmico y eso afecta a su correcto funcionamiento.

Animales peludos: si tenemos perros o gatos (u otros animales peludos) lo recomendable es realizar una limpieza del sistema cada 4-6 meses, aproximadamente.

Zonas rurales o ventosas: habitualmente la cantidad de polvo es mayor, así que es recomendable hacer una limpieza cada 6 meses, más o menos. Hay que tener en cuenta que en las zonas rurales siempre hay más insectos, que se pueden colar y morir dentro del sistema, siendo otro motivo de mantenimiento.

Fumadores: el humo del tabaco genera residuos y puede llegar a ser muy dañino, así que hay que hacerlo cada 4-6 meses.

Baja carga: aquellos que usen su equipo para tareas generales como navegar, multimedia, trabajar, tampoco deberían tener problemas. Sin problemas podemos mantenerla entre 16-24 meses.

Espacios reducidos o frontal cerrado: muchos usuarios los tienen en el típico escritorio que tiene un hueco para el ordenador. Esto genera temperaturas más altas de lo normal, lo cual reduce el tiempo entre el cambio de la pasta térmica. Aunque parezca una tontería, los frontales de metacrilato o cristal templado, reducen mucho la toma de aire, afectando también. Para estos casos, hablamos de un cambio de pasta térmica recomendable cada 9-12 meses.

Zonas cálidas o muy cálidas: supone que la temperatura base es mayor y la temperatura de funcionamiento será superior a la habitual. Genera una pérdida de propiedades y, por consiguiente, ya no realizará tan bien su trabajo.

Zonas frías: podemos alargar bastante el tiempo entre cambios de pasta térmica. Nos podemos ir, en este caso a los 16-24 meses.

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